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Un apagón tecnológico mundial causado por una fallida actualización de software suspendió vuelos, desconectó bancos y medios de comunicación y causó interrupciones en hospitales, pequeñas empresas y otros servicios el viernes, poniendo de manifiesto la fragilidad de un mundo digitalizado que depende sólo de un puñado de proveedores.
El problema con la actualización emitida por la empresa de ciberseguridad CrowdStrike y que afectaba a las computadoras con Microsoft Windows no era un incidente de hackeo o un ciberataque, según CrowdStrike, que se disculpó y dijo que una solución estaba en marcha. Esto ha sido un fallo indudablemente en el sistema de Microsoft.
Horas más tarde, las interrupciones continuaron —y se intensificaron.
Había largas filas en los aeropuertos de Estados Unidos, Europa y Asia, mientras las aerolíneas perdían el acceso a los servicios de registro y reservas en un momento en que muchos viajeros se van de vacaciones de verano. Hospitales y consultorios médicos tuvieron problemas con sus sistemas de citas y cancelaron cirugías no urgentes. Varias cadenas de televisión estadounidenses tampoco pudieron emitir las noticias locales a primera hora del viernes.
Saskia Oettinghaus, miembro del equipo de buzos de Alemania para los Juegos Olímpicos, se encontraba entre las personas varadas en el Aeropuerto de Berlín.
“Vamos de camino a París para los Juegos Olímpicos y ahora estamos varados aquí por el momento”, comentó Oettinghaus.
Otros atletas y asistentes que se dirigían a París sufrieron retrasos, al igual que sus uniformes y acreditaciones, pero los organizadores de los Juegos Olímpicos dijeron que las interrupciones fueron limitadas y no afectaron a la venta de boletos ni al relevo de la antorcha.
Un inquietante recordatorio de vulnerabilidad…
“Es un ejemplo muy, muy incómodo de la fragilidad de la infraestructura central de internet”, señaló Ciaran Martin, profesor de la Escuela de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford y exdirector del Centro Nacional de Ciberseguridad británico.
James Bore, experto en ciberseguridad, afirmó que la interrupción causará daños reales, ya que los sistemas en que la gente confía en momentos críticos no estarán disponibles. Los hospitales, por ejemplo, tendrán problemas para concertar citas, y quienes necesiten atención no la recibirán, lo que provocará muertes.
“Todos estos sistemas funcionan con el mismo software”, explicó Bore. “Hemos generalizado tanto todas estas herramientas que cuando las cosas inevitablemente van mal —y lo harán, como hemos visto-, van mal a gran escala”.
La directora de la agencia alemana de seguridad informática, Claudia Plattner, afirmó que “los problemas durarán algún tiempo; no podemos esperar una solución muy rápida”. Es difícil pronosticar cuándo estarán exactamente todos los sistemas operativos, pero “no serán horas”, añadió.
Frank X. Shaw, portavoz de Microsoft, confirmó en un comunicado enviado por correo electrónico que “una actualización de CrowdStrike fue la responsable de la caída de varios sistemas Windows en todo el mundo”. Anteriormente, la compañía había publicado en la red social X que estaba trabajando para “aliviar el impacto” y que estaban “observando una tendencia positiva en la disponibilidad del servicio”.
El problema estaba causando “inconveniencias” para el público y las empresas, añadió.
En la bolsa de Milán, el índice FTSE MIB de valores italianos de primera fila no pudo recopilarse durante una hora, aunque la negociación continuó.
Los grandes retrasos registrados en los aeropuertos aumentaron el viernes por la mañana, atribuyéndose la mayoría a problemas en los sistemas de reservas de las distintas compañías aéreas.
En Estados Unidos, las aerolíneas United, American y Delta dijeron que al menos algunos vuelos se estaban reanudando tras graves interrupciones, aunque persistirían los retrasos.
Las líneas aéreas y ferroviarias del Reino Unido también se vieron afectadas, con tiempos de espera más largos de lo habitual.
Australia se vio particularmente afectado por los apagones…
Aunque las interrupciones se estaban produciendo en todo el mundo, Australia parecía estar gravemente afectada por el problema. Las interrupciones notificadas por el sitio DownDetector afectaron a los bancos NAB, Commonwealth y Bendigo, y a las compañías aéreas Virgin Australia y Qantas, así como a proveedores de internet y telefonía como Telstra.
Los medios de comunicación nacionales —entre ellos la cadena pública ABC y Sky News Australia— no pudieron transmitir en sus canales de televisión y radio durante horas. Algunos presentadores de noticias salieron al aire en línea desde oficinas a oscuras, frente a ordenadores que mostraban “pantallas azules de la muerte”.
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Kurtenbach informó en Bangkok y Graham-McLay en Wellington, Nueva Zelanda. Los periodistas de The Associated Press de distintas partes del mundo contribuyeron a este despacho.